jueves, 24 de enero de 2013

TRISTEZAS





TRISTEZAS

Razones para llenar los rostros.
Lagrimas convertidas y negadas.
Pero, ¿quien las quiere?, ¿Quién las solicita?.
Quizás, los nómadas escapando de su existencia no deseada.
De aquí, de allá. Haciéndose vida una y otra vez.
Llegan y se van, dejando rastros profundos de vida.
Quizás, los que se quedan mirando como desaparecen ilusiones.
Tratando de crear visiones de alegrías, sólo obteniendo tristezas en los desiertos de lagrimas petrificadas.
Y se quedan con ellas al lado, como vecinas casi perpetuas, como acompañantes de los caminos.
Quizás, las mujeres viendo partir a los amados a las guerras, sabiendo que no volverán
Porque la tristeza las visitó en sueños y les reveló la pérdida inminente.
Tristeza compañera casi eterna.
Quizás, los hombres sabiendo de amores no correspondidos. Irremediablemente perdidos. Conociendo la fuga, poco a poco, del amor.
Y esas esperas con nombres diferentes, pero con el mismo apellido.
Tristeza.
También los encuentros le reclaman.
Cuando se es ausente por tanto tiempo sin llegar.
Desconocimiento ahora. La tristeza se empeñó en olvidar.
Es que las tristezas son como las ruinas del amor, que se caen y desaparecen poco a poco.
El polvo muerto de sentimientos que tienen vida en las almas tristes.
Aquellas que están desoladas y abandonadas, esperando morir, para vivir.
Las tristezas invaden las noches sin preguntar.
Porque saben que son necesarias para comprender y creer.
Aunque no son invitadas.

JOSE DEJESUS


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